El diputado de Compromís, Paco García Latorre, se ha referido hoy a la nefasta herencia en infraestructuras que dejó el gobierno del PP con la concesión para la construcción de carreteras con el sistema de peaje en la sombra “que se vendió como la panacea que solucionaría la falta de recursos públicos para poder llevar adelante infraestructuras viarias y que ha supuesto un coste desorbitado que los valencianos seguiremos pagando durante muchos años, además de haber producido una paralización de infraestructuras fundamentales”.
El peaje en la sombra que impulsó el gobierno del PP es un sistema en el que la empresa concesionaria, y a la vez constructora, se dedicaba a financiar la obra, hacer su construcción, conservación y las mejoras necesarias durante los años de vigencia de la contrata. A cambio, el titular de la infraestructura en este caso la Generalitat, pagaba una cantidad en función del número de vehículos que utilizaron esa carretera.
Según ha señalado Garcia Latorre “se trataba de un sistema que cuadraba perfectamente en la concepción neoliberal del PP y de su afán privatizador. El gobierno del PP proyectó varias nuevas autovías a construir bajo este sistema. La idea inicial era que este sistema llegara a consumir prácticamente un 10% del presupuesto en carreteras de la Generalidad, cifra que llegaría a los 700-800 millones de euros en 2010 cuando estas previsiones iniciales de peajes en la sombra estuvieran en marcha”.
“Nada más lejos de la realidad. Todo estos castillos en el aire, empezaron a caer de repente en el lustro de 2006 a 2010. Problemas económicos de la Generalitat por la gran cantidad de obras faraónicas improductivas y con cientos de millones en sobre costes y dificultades de las empresas constructoras a la hora de encontrar la financiación para acometer las obras lo frenaron todo. Todo esto convirtió el plan de infraestructuras del gobierno del PP en papel mojar, además de corroborar que el sistema de peaje en la sombra fracasaba estrepitosamente poco tiempo después ponerlo en funcionamiento”.
Según explica Garcia Latorre “las consecuencias de este desastre de la gestión del PP las está pagando y sufriendo la ciudadanía, a día de hoy y por muchos años más la Generalitat seguirá pagando el precio desorbitado de estas infraestructuras y a la vez se encuentra con el marasmo administrativo de unas concesiones adjudicadas que no se han llevado a cabo. Así lo que iba a ser el segundo cinturón metropolitano de Valencia, y un eje viario importante para l’Horta y el Camp de Túria, la CV-50 entre Benaguasil y la A-3 se ha quedado paralizada. En el caso de la CV-35 la concesionaria puso en marcha la primera fase, pero, este año, en 2016, tenía que iniciarse la segunda, es decir, el tercer carril hasta Llíria y autovía hasta Losa del Obispo, obras que no sabemos cómo se van a hacer y si este incumplimiento del contrato puede suponer una rescisión contractual con la empresa concesionaria”.
La Conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio anunció en Les Corts que están reuniéndose con las concesionarias y están estudiando todas las circunstancias de los contratos de carreteras de peaje en la sombra para encontrar las soluciones que sean más favorables a los intereses públicos. “Desde Compromís esperamos que se encuentre la vía para rescindir aquellos contratos que no se han cumplido y puedan acometerse finalmente estas infraestructuras”, ha concluido García Latorre.