- Es imprescindible que el PP abandone su dogmatismo hidráulico y ponga en funcionamiento las instalaciones de desalación disponibles en la costa alicantina.
La diputada de Compromís en Les Corts, Graciela Ferrer ha denunciado que “en la Vega Baja, los regantes tradicionales y el río Segura se encuentran en una situación límite por la mala gestión de la sequía de la Confederación Hidrográfica del Segura y la falta de previsión del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. En consecuencia buena parte del regadío tradicional sigue sin poder regarse a pesar de estar en periodo de tanda”.
Según señala Ferrer “han sido reiteradas las quejas de los regantes tradicionales de la Vega Baja del Segura ante la nefasta gestión de la Confederación Hidrográfica del Segura respecto a la sequía que viene afectando a los regadíos dependientes del trasvase Tajo-Segura”.
En aplicación del Decreto de Sequía aprobado por el Gobierno de Rajoy en 2015, la Confederación ha ido paliando la falta de caudales para regadío del trasvase cogiendo agua de los embalses de la cuenca del Segura, sobre los que los regantes tradicionales de la Vega Baja tienen derechos históricos y preferentes. De este modo, la Confederación Hidrográfica del Segura ha reducido las reservas hídricas para los usuarios tradicionales, que a estas alturas, en pleno comienzo de la campaña de invierno -con la plantación de cultivos tan importantes en la comarca como la alcachofa- se encuentran una situación límite, ya que no llega agua a la cuenca baja del río Segura, donde estas comunidades de regantes tienen sus tomas de agua. Y los pocos caudales que llegan presentan una salinidad elevada que puede deteriorar seriamente las tierras en que se aplican.
“La gestión de los recursos hídricos en la cuenca del Segura por parte del Gobierno de Rajoy ha sido devastadora -añade la parlamentaria de Compromís-. De una manera irresponsable el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente continúa despreciando la cuenca baja del río Segura y empeñado en no utilizar las infraestructuras de desalación existentes, que han costado cientos de millones de euros, y se han beneficiado de subvenciones europeas millonarias que en caso de mantenerse la gestión ineficaz y no exenta de indicios de corrupción llevada a cabo por ACUAMED -sociedad estatal dependiente del Ministerio- obligaría a devolver a la Unión Europea el dinero recibido”.
Durante estos años en que los informes de seguimiento de los recursos hídricos en la cuenca del Segura alertaban de la incidencia negativa de la merma de caudales trasvasables del Tajo en los regadíos del Trasvase Tajo-Segura tanto el Ministerio como la propia Confederación Hidrográfica del Segura se han mantenido en el inmovilismo y la creación de conflictos entre regantes. Las decisiones de la Confederación han reducido las garantías de suministro de los regantes tradicionales para garantizar el suministro de los regantes del trasvase.
“Para conservar los recursos naturales del río Segura cuando no llegan suficientemente del trasvase Tajo-Segura y al mismo tiempo rebajar el precio unitario de cada metro cúbico de agua desalada se deberían haber efectuado inversiones en las desaladoras para dotarlas de energías renovables y así reducir el consumo energético convencional y el coste de la energía utilizada al ponerlas a funcionar a pleno rendimiento. En lugar de eso el PP se ha dedicado a vestir un santo desvistiendo otro. Incluso, el gobierno Rajoy aprobó tarifas reducidas de agua desalada para favorecer a los regantes de la cuenca del Segura en Murcia pero no para los regantes alicantinos”.
“Es inadmisible que sean los ciudadanos de la Vega Baja y el río Segura los que pagan, con su pérdida de rentas y de calidad de vida y deterioro ecológico, el empecinamiento dogmático y la irresponsabilidad de los dirigentes del PP al frente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y la Confederación”.
“Desde Compromís exigimos a la Confederación Hidrográfica del Segura y al Ministerio que con carácter de urgencia garanticen los caudales necesarios para los regadíos tradicionales de la Vega Baja y prevengan pérdidas económicas derivadas de su ineficacia, así como respeten los caudales ecológicos mínimos circulantes del río Segura hasta su desembocadura. Asimismo, les instamos a abandonar su dogmatismo hidráulico y actuar con eficacia para poner en funcionamiento lo antes posible las instalaciones de desalación disponibles en la costa alicantina”, ha concluido la diputada Graciela Ferrer.