La Comisión Europea ha puesto en marcha un proyecto piloto para ayudar a los innovadores que se enfrentan a obstáculos normativos mediante acuerdos con las partes interesadas y las autoridades públicas. Se trata del Innovation Deal (Acuerdo de Innovación), una oportunidad para probar este enfoque en condiciones reales y analizar su aplicación práctica. La Comisión tan sólo ha aprobado dos acuerdos de este tipo: uno relacionado con la movilidad sostenible y el suscrito en Bruselas sobre reutilización de agua para riego, liderado por la Universitat Politècnica de València y respaldado por la Generalitat.
Se trata de un instrumento que reúne a universidades, centros de investigación, empresas privadas, autoridades nacionales, regionales y locales de los estados miembros así como a los servicios competentes de la Comisión. Dos comisarios europeos, el de Medio Ambiente, Karmenu Vella, y el de Investigación, Ciencia e Innovación, Carlos Moedas, han presidido el acto, en el que ha participado el secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro.
El objetivo del acuerdo es facilitar la aplicación en el mercado de las tecnologías de membranas anaeróbicas que permitan una recuperación eficiente de la energía y los materiales de las aguas residuales, a la vez que garanticen un alto nivel de protección ambiental y de salud pública. Los trabajos a desarrollar deberán identificar, describir y analizar los posibles obstáculos reglamentarios de la UE, plantear opciones que permitan encontrar soluciones a esas barreras en la reutilización del agua y evaluar su viabilidad.
El secretario autonómico ha asociado esta iniciativa a una clara apuesta del Consell por la economía circular y por una gestión sostenible del agua para riego. “Si queremos fortalecer la competitividad de nuestra economía y”, ha añadido, “reducir la presión sobre el medio ambiente, no nos queda otra que apostar por la creatividad y la innovación como elementos esenciales en la transición al crecimiento verde”. Se trata de “pasar de las palabras a los hechos” para hacer realidad la economía circular, tal y como apunta la propia Unión Europea.
Para ello, ha asegurado, “hay que aportar nuevas oportunidades de negocio, con formas más innovadoras y más eficientes de producir y consumir, estableciendo las condiciones marco más adecuadas”. La presencia del Consell en Bruselas “demuestra que las valencianas y los valencianos tienen un compromiso compartido con el futuro y el medio ambiente”.
El acto ha consistido en la firma de una declaración conjunta de intenciones entre las partes implicadas en el ‘Acuerdo de Innovación’, del que, además de otros países miembros, participan, junto a la Generalitat, la Universitat Politècnica de València, la Universitat de València, la Entidad de Saneamiento de Aguas Residuales (EPSAR), la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y la Comunidad de Regantes del río Turia.
La reutilización del agua puede contribuir a solucionar el problema de escasez del sur de Europa. La recuperación de energía de las aguas residuales puede ser fuente de energía rentable y compensar la que consumen el agua urbana y los sistemas sanitarios, y contribuir a mitigar el cambio climático. Al recuperar los materiales de las aguas residuales se pueden obtener insumos valiosos en varios sectores y mejorar la viabilidad de los sistemas sanitarios. El nitrógeno y el fósforo pueden ser fuente de nutrientes para la agricultura.
Los biorreactores anaeróbicos de membrana, así como otras tecnologías innovadoras, pueden permitir la aplicación sinérgica de la reutilización del agua y la recuperación de materiales y nutrientes con beneficios económicos para operadores de tratamiento de aguas residuales y usuarios de aguas residuales tratadas. Las tradicionales plantas de aguas residuales podrían transformarse en “instalaciones de recuperación de recursos hídricos”, donde el proceso de tratamiento se optimiza para el próximo uso de las aguas tratadas, mientras que el consumo de energía, la cantidad de residuos, los efluentes, se minimizan.
A pesar de los beneficios económicos y medioambientales de la economía circular, ni la reutilización del agua ni la recuperación de energía y nutrientes han alcanzado una aplicación a gran escala en Europa. Hay un número de fallas y barreras del mercado que previene la reutilización del agua y la recuperación de la energía y el uso de nutrientes de las aguas residuales. A su vez, esto impide una mayor captación potencial de nuevas tecnologías más adecuadas para instalaciones de recuperación de recursos hídricos que la tecnología convencional. Existen barreras regulatorias que desalientan la reutilización del agua por parte de agricultores y otros usuarios potenciales, obligando a los operadores de tratamiento de aguas residuales a realizarlo de determinada manera e imponiendo costes prohibitivos.
El ‘Acuerdo de Innovación’ suscrito se centra en un marco regulador de la UE que afecta a la reutilización del agua con fines agrícolas. Durante 18 meses se analizarán las barreras reguladoras que impiden un cambio de paradigma hacia la conversión de las plantas de tratamiento de aguas residuales en instalaciones de recuperación de recursos. Otros obstáculos podrían ser identificados para incluirlos en el proyecto. El análisis abarcará cómo las barreras afectan a las partes interesadas dentro de la cadena de valor del agua.