El portavoz adjunto de Compromís en las Corts Valencianes, Juan Ponce, ha afirmado que “si no queremos tener un Fukushima valenciano, la central nuclear de Cofrents tiene que cerrar el próximo año, en 2021. Hay que recordar que en la pasada legislatura, a propuesta de los grupos parlamentarios que apoyan al Gobierno del Botánico, se aprobó una inciativa para que el Consell exigiera al Gobierno central el cierre y desmantelamiento de la central de Cofrents. Ahora, cuando queda un año para la fecha del fin del funcionamiento de la nuclear valenciana, la empresa explotadora del suministro, Iberdrola, está maniobrando para alargar la licencia hasta 2030”.
Según Ponce, “nos encontramos también con que ahora Cofrents tiene las piscinas del combustible usado llenas de residuos nucleares. Esto significa que los residuos que se generan cada día, tienen que salir de esas piscinas al Almacén Temporal Individualizado (ATI) que está situado a la intemperie, junto a la central, a poco más de un kilómetro del pueblo y a unos 200 metros del río Júcar, que riega y da de beber al área metropolitana de València e, incluso, a una gran parte de la provincia. Todo con los riesgos medioambientales y para la salud de las personas que esto implica”.
Además, “desde nuestro grupo parlamentario queremos trasladar nuestro apoyo al colectivo Tanquem Cofrents, que está sufriendo las presiones de Iberdrola después de denunciar a algunos miembros de la entidad, aprovechando la Ley Mordaza, que colgaron una pancarta en el embalse de Contreras, coincidiendo con el sexto aniversario de la catástrofe de Fukushima. Estas personas, dos miembros de Tanquem Cofrents, se enfrentan ahora a elevadas multas, mientras la eléctrica hace caja y no deja de enriquecerse a expensas de los riesgos asociados al funcionamiento de la obsoleta central nuclear”, ha concluido Juan Ponce.