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Compromís propone que el presidente del Gobierno deba comparecer en un pleno extraordinario para dar explicaciones sobre la gestión de un ministro, siempre que este sea reprobado por una mayoría del Congreso, según ha anunciado hoy el portavoz de la formación en la comisión de Justicia, Enric Bataller.

La propuesta de Compromís, que llega 20 días después de la abrumadora reprobación del ministro de Justicia, Rafael Catalá, señala la necesidad de reformar el Reglamento del Congreso para “visibilizar las consecuencias políticas derivadas de una reprobación ministerial”.

Bataller, a través de una carta, ha emplazado a los portavoces de la oposición de la comisión de Justicia a una sesión de trabajo para “consensuar medidas concretas que muestren el rechazo inequívoco a la gestión de un ministro” y ejercer así su legítima labor de control parlamentario. Por el momento ERC ha confirmado su asistencia a la reunión aunque a lo largo de hoy se espera respuesta del resto de formaciones.

La reprobación en las Cortes, actualmente, es un tirón de orejas sin efectos prácticos. Compromís busca el amplio respaldo del Congreso para revertir esta carencia y obligar al presidente del Ejecutivo a rendir cuentas sobre los miembros de su Gobierno. Esta iniciativa no contradice el marco constitucional ya que el artículo 98.2 reconoce la “competencia y responsabilidad directa” de los miembros del Gobierno en su gestión.

Enric Bataller ha recordado que existen precedentes históricos, como la Constitución de 1931, y ha incidido en el margen de maniobra de la costumbre parlamentaria. En este sentido, ni el texto constitucional de 1978 ni el Reglamento de las Cortes contempla la reprobación, sino que fue la práctica parlamentaria la que creó esta figura en 1981, a propuesta del PSOE, por la gestión del Gobierno en relación con la intoxicación alimentaria provocada por el aceite de colza.