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La diputada por Compromís en las Cortes, Cristina Rodríguez, estudia presentar de cara a septiembre propuestas encaminadas hacia el control de la presión turística que sufre Tabarca, dependiente de Alicante y catalogada como Bien de Interés Cultural, ante el peligro de sobreexplotación estival de la única isla habitada de la Comunidad Valenciana.

La diputada ecologista ha mantenido junto al concejal de Medio Ambiente de Santa Pola, Alejandro Escalada, una reunión con el director del Centro de Investigaciones Marinas de Santa Pola, Alfonso Ramos Esplá, para conocer de primera mano la situación de la reserva marítima y de Tabarca en general, un espacio que cada año registra nuevas escenas de turismo poco responsable.

La postal de sobresaturación turística que sufre la isla en el periodo estival no ofrece discusión alguna. El informe del Síndic de Greuges presentado el pasado mayo convirtió a Tabarca en el espacio con más quejas por metro cuadrado en todo el territorio valenciano. Y de las 2.891 presentadas por habitantes y visitantes de la isla, 1.322 tienen una preocupación medioambiental que, en este sentido, simbolizan la presión que sufre este ‘barrio’ dependiente de Alicante.

La Subdelegación de Gobierno estimó en 150.000 el número de turistas que visitaron la isla entre el 15 de junio y el 15 de septiembre de 2017 (el 65 del total de visitantes anuales, 230.000 turistas). Este cálculo, comparado con las estimaciones realizadas tras su declaración en 1986 como reserva natural para hacer la isla sostenible medioambiental y económicamente, apuntan a un incremento del 120% del máximo de turistas.

“La reserva marítima en sí está muy controlada, según nos informan. Pero datos como el del Síndic o registros como los del 2016, cuando se llegaron a concentrar en el islote hasta más de 10.000 personas, nos hacen observar con precaución la evolución de un espacio que deberíamos cuidar como a un tesoro”, ha explicado la diputada.