Bota al contingut principal

El senador territorial de Compromís, Carles Mulet, ha preguntado a Mariano Rajoy y al ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, si comparten la campaña de acoso hacia los docentes iniciada por el Partido Popular valenciano que ha sido presentada esta misma semana. La triste y vergonzosa campaña ‘No al adoctrinamiento’ iniciada de forma paralela con los actos de Alacant de bienvenida a la nueva alcaldía, pone en entredicho la profesionalidad de los docentes, la libertad de catedra o que estén cumpliendo la ley. Mulet ha recordado que “con una confusión mental lamentable dan por sentado que enseñar a los niños y niñas es adoctrinar” y ha preguntado a los populares si tras 20 años seleccionando trabajadores para los sistemas educativos públicos todavía dudan “de su profesionalidad, méritos, independencia, capacidad, objetividad o cumplimiento de los objetivos curriculares de los planes de estudios aprobados por el Ministerio”.

Para el senador territorial de la coalición “la campaña nos parece ilegal y desacredita a todo un sistema educativo y sus profesionales que, lejos de ser reconocidos y respetados desde el Partido Popular, son perseguidos políticamente con campañas de incitación al odio”. Así desde Compromís van a promover una iniciativa para modificar el Código Penal e incluir que el ataque a los docentes quede estipulado como un delito de odio “ya que es injustificable desde todas las posturas, que una formación política con actitudes que recuerdan a las fascistas de la Guerra Mundial, los rumores, chivatazos y denuncias anónimas e dediquen a cuestionar y poner en tela de juicio algo que debería ser intocable, como es la educación en la autonomía valenciana y en cualquier otra”.

Compromís ha recordado que recientemente el PP defendía que los profesores y sanitarios, como funcionarios y representantes de la administración, estuvieran revestidos de un plus de autoridad, “algo que Isabel Bonig parece querer arrancarles con campañas como esta, con las que parecen emular a Millán-Astray y les escapa la máxima de Muera la inteligencia y viva la muerte. Dicen de boquilla que quieren darles autoridad pero amenazan con quitársela por hacer su trabajo. Han pasado de quemar libros a señalar a quienes les enseñan a leerlos, un retroceso indigno y muy poco democrático. Vienen del totalitarismo y actúan como grupos ultra o régimenes totalitarios”, ha concluido.